martes, 17 de abril de 2012

El Despecho se cura con... Veuve Clicquot y fresas


"Hay gente que pasa su vida haciendo cosas que detesta 
para conseguir dinero que no necesita 
y comprar cosas que no quiere 
para impresionar a gente que odia."
Emile Henry Gauvreay

"Al mal tiempo, buena cara" y una servidora esta tarde ha decidido que a la lluvia, compras. Después de estar paseando por el centro de Munich he llegado a estas conclusiones:

1. El Zara: mojiter@s hay cosas que no cambian aunque cambiemos de país. Un Zara, cualquier sábado por la tarde, está hasta arriba tanto en Barcelona como en Kuala Lumpur. Lo que os debéis preguntar es ¿qué hacía yo en un Zara cuando tengo ochentamil en casa? pero este no es el tema.

2. La gula: no importa cuanto hayas comido ni la hora que si ves a 20 personas comiendo: un helado, cacahuetes, perritos calientes, palomitas... tu también vas a caer, y no intentes luchar contra ello porque te puede salir más caro.

3. La tentación: desengañemonos, nos acabamos comprando siempre algo! Por inútil que sea sólo por comprar. Y es que si una sale de compras y no compra, su vida no tiene sentido.

4. Los novios: los novios alemanes pueden parecer más altos, más rubios y más curtidos pero como cualquier hijo de vecino esperan con cara de asco en la puerta de las tiendas, en los sofás de delante de los probadores,... Novi@s del mundo: si sabéis que vuestra pareja detesta con toda su alma ir de compras dejadlo en el bar mirando el fútbol! En el fondo no los necesitamos para comprar y podemos guardarnos el chantaje emocional para pedir que nos acompañen a bodas, bautizos y comuniones.

Después de estas consideraciones básicas y bolsa de la compra en mano, he decidido ir de pija y entrar en los grandes almacenes de los ricos de Munich o dígase Oberpollinger.

Ahí realmente se me ha partido el alma al ver escenas tan dramáticas como una ni~na de unos 13 a~nos diciéndole a su padre que no quería otro monedero de Prada, que ya tenía 3 y eran todos iguales. A ese padre, pobre hombre, hay que darle otra hija como yo que acepta desdel primer monedero hasta el número mil y si son de Prada hasta el 2500. Desagradecida! Cría hijos y te comeran los ojos y no querrán más carteras de Prada!

En la planta de ropa para mujer he decidido acercarme a una tienda cuyo nombre no me sonaba (y teniendo a mi madre con todo su glamour es dificil que no me suene) y he descubierto porque: una triste camiseta valía 400 euros!!!!! Por Dior!!!!! Eso si es pasarlo mal en esta vida, estos pobres ricos tienen que pagar 400 euros por una camiseta!!!!

Por todo eso y más desgracias que se nos escapan a los mortales de a pie, el magnífico bar de Veuve-Cliqcot ofrecía a cambio de no-quiero-saber-cuantos-euros un refrigerio, porque les deprime ir de compras allí.

Por suerte, una servidora toda digna, ha salido de ese infierno con su bolsa del "zara alemán" o Hallhuber y se ha comprado fresas por valor de 3 euros. Y es que mojiter@s hay que agradecer que donde unos sólo pueden curar el despecho a golpes de champan carísimo, otros con 3 euros de fresas nos sentimos como reinas.

Malignamente
Madame Paddock


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