Hace relativamente poco tiempo he tenido la suerte de tener una de esas rupturas en las que tú eres meramente consciente de que te están dejando, pero pareces ser el único de la pareja que lo hace.
Y es que el eufemismo es el escudo del cobarde, cuyo problema principal no es la propia cobardía, sino que se cree sus propias palabras. Para él, necesitar un tiempo no es que te quiera dejar, es que necesita un tiempo para distanciarse de ti y así no tener que decirte a la cara que no tiene ganas de seguir contigo. Si dicen “no eres tú, soy yo”, es porque están totalmente convencidos de que tienen un problema mental grave que les impide estar junto a alguien tan fantástico como tú. Y por último, mi preferido: “después de este tiempo -tres meses nada menos- me he dado cuenta de que tengo que estar sólo para no hacer daño a la gente que me importa”. A mi me consta que no quieren herir los sentimientos de nadie, pero se me ocurren formas menos crueles de hacerlo.
Pero lo bueno de un eufemismo es que bien utilizado, puede sacar de casi cualquier aprieto a uno de estos sujetos. Y por más típicos que sean, por más que los hayamos escuchado en películas, series o en boca de nuestros amigos y amigas, un buen día te despiertas escuchando como te disparan a bocajarro uno detrás de otro sin piedad alguna. Al principio te quedas sorprendido y sin capacidad de respuesta -baza que el asiduo a los eufemismos aprovecha para escapar por la puerta de atrás-. Y para cuándo eres consciente de lo que te acaban de decir, sólo te queda el derecho a la pataleta y compartir tu triste experiencia en foros como este.
En fin, señores, que somos lo suficientemente mayorcitos como para que nos digan las cosas directamente y a la cara. Preferimos un buen “te prefiero como amigo a como novio” -directo a la yugular- a cualquier eufemismo que tantas veces hemos tenido que escuchar. Jode; desde luego que si. Pero al menos sabes a qué atenerte desde un principio.
Siempre vuestro,
Barón Von Bruise
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