Sería una idiotez negar que hemos visto porno con más o menos asiduidad a lo largo de nuestra vida. Y es que el porno es entretenido, divertido y siempre nos ayuda a abrir un poco la mente y, por qué no decirlo, a aprender cosas que pueden resultar ser muy interesantes...
Pero a mi no me gusta cualquier porno, no. Y no lo digo por la ausencia general de argumento y la pésima actuación, que también. Yo, del porno que soy fan incondicional es del porno de los años 70, ese en el que el pelo es alegría y no importa que haya algún que otro michelín, o un poco de necesaria celulitis. Lástima que la calidad de la imagen sea terrible, esté pixelado y no permita captar su esencia tan bien cómo nos gustaría.
Por otra parte, en cuanto al porno más actual, me surge una serie inevitable de preguntas. ¿Qué son esos cuerpos ideales de hombres de gimnasio y mujeres recauchutadas? ¿Qué son esos tamaños desproporcionados? ¿Por qué tienen tantísimo placer con el simple roce de sus cuerpos calientes?
Lo siento mucho, pero alguien lo tiene que decir: estos actores son más falsos que un duro sevillano. Y lo peor de todo, crean falsas expectativas de nuestras relaciones sexuales futuras.
Falsas expectativas porque a veces, duele. Falsas expectativas porque esas posturas necesitan de una sesión de ensayo y estiramiento previo que ellos sí se pueden permitir. Falsas expectativas porque, por lo general, un polvo no dura tanto. Falsas expectativas porque después de ver aparecer auténticas pitones bajo los pantalones de un sin fin de actores porno -Rocco, en especial te culpo a ti de esto- todo parece pequeño... Y es que ya lo cantaba muy bien la orquesta Mondragón: ellos las prefieren gordas -y grandes, me atrevo a añadir yo-.
Mi experiencia es clara. El tamaño de la media española está muy por debajo de la idea general que yo podría tener gracias al porno nacional e internacional. Pero claro, con el paso del tiempo, a veces tenemos la suerte -o desgracia- de cruzarnos con un miembro de tamaño colosal. ¿Cuál es el problema entonces? Que corremos el riesgo de enamorarnos del mástil, cuando lo realmente importante es hacerlo de la bandera, cómo todo el mundo sabe. Tengan mucho cuidado a este respecto, estimados lectores y lectoras; los portadores de pitones conocen su potencial y no dudan en utilizarlo.
Así que queridos decepcionados y decepcionadas del mundo, luchemos a favor de un porno de calidad y a la altura de nuestras necesidades y expectativas. No a la depilación extrema, a los gemidos falsos y los diálogos faltos de sustancia. Más pelo, más miembros de tamaño ajustado a la media, más placer de verdad y más cachetes en el culo. Queda dicho.
Siempre vuestro,
Barón Von Bruise
Queridos fans,
ResponderEliminarLas vacaciones nos han dado para mucho (y nos están dando). Hay más post preparados recién salidos del horno, pero los iré racionando... que no es bueno empacharse.
Para cualquier queja al respecto, no duden en ponerse en contacto con mi representante (Miss Souvenir).
Siempre vuestro
Barón Von Bruise
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTus aportaciones me hacen reflexionar sobre la cantidad de malas influencias que nos llevan rodeando toda una vida.
ResponderEliminargracias Barón
MP