viernes, 22 de junio de 2012

Señoras, hay que ver cómo está el mercado 11: Los discodandys



“Anda que no he cerrado yo contratos en los reservados vip de las discotecas”
ESTELA REYNOLDS



Cómo habéis podido comprobar a lo largo de estos dos meses de vida de éste vuestro blog, los mojiteros no somos gente de secretos, sino de revelaciones. Y hoy queremos confesar que hemos vuelto a terapia. Y cuál es el motivo, os preguntaréis… Uno de ellos es la amnesia, que te lleva a pisar hábitats explorados previamente olvidando los peligros que esconden. El otro, es evidentemente toparte con esos peligros en forma de especies que creías en extinción.  El caso es que estábamos en plena romería nocturna en un local de cuyo nombre no quiero acordarme cuando de repente, los vimos por todas partes: en la pista, en la barra, en la cola de los lavabos…ladies and gentlemen…con ustedes…todo lo que contamos a nuestros psicoterapeutas sobre…¡los discodandys¡



1.      Discodandy, get the look!: Caballeros, es muy sencillo convertirse en un discodandy. Camisa entallada, pantalón vaquero ajustado dos tallas menor a la real, cuerpo de gimnasio haciendo hincapié en las tandas de bíceps y torso (cuádriceps e isquios, para qué?), moreno UVA 365 días al año, tinte rubio versus pelo engominado como recién levantado y los más osados se atreven con perilla bien recortada. Lucen sonrisa profidén que destaca sobretodo cuando van al volante de su coche deportivo y/o descapotable en el que suena David Guetta y Pitbull (sí, ese hombre que tiene un grupo en Facebook aterrado ante la posibilidad de que les solicite un dueto en la ducha).



2.      Fueron cum laude en el curso de autoestima CEAC: A diferencia de los madmen que provocan espontáneamente en sus novias el síndrome Birkin (recordad, la manía de enseñar a tu novio por ahí para que rabien tus congéneres), el discodandy está absolutamente convencido de que él lo provoca en todos sus ligues (pese a que no es cierto). Actitud L’Oreal porque él lo vale.



3.      Son atacantes voyeurs: Es muy fácil encontrarles en ciertos hábitats en los que se mueven habilidosamente (y en los que siempre según ellos, triunfan) como en las discotecas, los bares de los gimnasios, los chiringuitos de música tecno. Suelen escoger las zonas de mayor radio de visión desde las que se puedan aposentar durante toda la noche mientras observan a sus futuras víctimas con un vaso de Ballantines-naranja en la mano. Eso sí nunca abandonan su puesto para atacar antes de las 4 de la mañana, cuando sus potenciales ligues tienen unas tasas de alcoholemia dignas de un punto de carnet menos.



4.       Soy la respuesta a tu oración: Hasta que se demuestre lo contrario querido mojitero, el afortunado porque se ha fijado en ti de entre todos los ocupantes del bar musical en el que estáis eres tú, porque él considera que está buenísimo, tiene pelazo y una ingeniosa conversación y evidentemente hoy es tu día de suerte porque podría haberse ido con tu amiga Carmen así que no te quejes. Desagradecida.



5.      El discodandy no existe fuera de su hábitat: Él lleva una triple vida: de día contable o responsable de recursos humanos, por la tarde dándolo todo en el gimnasio y el solárium y por la noche en sesiones de DJ o salas de concierto. El caso es que es absolutamente agotador ser un discodandy y mantener pelazo, moreno, bíceps, suministro de cubatas de whisky y además pagar el alquiler por lo que jamás sale de su rutina habitual para ir a ver películas de cine coreano en BSO en el Verdi o pisar el Fnac. Dado que es un hombre ocupado, optimiza el poco tiempo libre que le queda para ligar con frases que él considera demoledoras. John Franklin Ciccone, catedrático de filosofía oriental del Chuli-Pai-Cabra College of Kentucky recoge en su popular ensayo “A la felicidad por la electrónica” los cinco esquemas de frases que usa el discodandy:
 

-          Tenorio: “¿No es verdad ángel de amor, que en esta apartada silla más claras las luces brillan y hasta aquí llega el sonido del reggaetón?


-          Clásico: “Llevo observándote toda la noche, ¿nos conocemos de algo? Me suena mucho tu cara…¿estudias o trabajas?


-          Albañil: “Dime cómo  te llamas para pedirte para Reyes….eso es bailar y lo demás pisar el suelo…¡guapa!”


-          Sobrado: “Dime un número…¿siete? Enhorabuena pequeña, te ha tocado una noche loca con un dios del sexo, o sea, yo. ¿Qué no te gusto? Voy a tener que pasar de nuevo delante de ti para que caigas…”


-          José Luis Perales: “¿Y cómo eres? ¿En qué canción te has fijado en mí? ¿De dónde eres? ¿A qué dedicas el tiempo libre?”



6.      Reciclaje responsable: A ver mojiteros, reciclar por reciclar es tontería y es que el discodandy está bien para echarse unas risas y unos bailes pero es que no conviene guardar un sitio en la chorboagenda para alguien tan liado entre su cita para hacerse mechas y coger el mejor sitio en la barra de la discoteca de moda. Sopor no, lo siguiente.
 

        En resumen, parafraseando a la gran Madame Paddock, el panorama nocturno es desolador… Pero la noche no sólo son discodandys, guardias de 24 horas y controles de alcoholemia…También es música disco de la de ayer, hoy y siempre…con ustedes…¡the Bee Gees!






Divinamente discotequera,

Miss Souvenir


1 comentario:

  1. Grande, Miss Souvenir. Me quedo con la imagen de esos cachas de gimnasio soportados por los dos palillos que vienen a ser sus piernas. Esos también abundan en las discotecas gays. La diferencia es que los discogaydandies llevan camiseta de marca, un tatuaje visible -por aquello de parecer más hetero, que se lleva mucho-, y ponen cara de ser hombres serios que reniegan de la pluma -por el mismo motivo-. De todos modos, al final de no dejan de ser maricas que brillan por fuera y vacíos por dentro...

    BVB

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