miércoles, 13 de junio de 2012

Cuanto daño hicieron... ¡las pollas de plástico en la cabeza!


Hoy quiero hacerme eco de la despedida de soltera de una de las amigas de este blog. Pero antes de ello, quiero lanzar un llamamiento a que hagáis comentarios a vosotros... ¡Nuestros fans! ¡Que sabemos que estáis ahí! ¡Animaos!
Bueno, al tema. Que desde que tengo uso de razón he sentido auténtica vergüenza ajena por ese grupo de machotes rodeando a un pobre infeliz vestido de mujer, escoba, bob esponja, vaca, toro, torero... No obstante, al menos ellos son originales, porque... que nadie se ofenda, pero lo que vienen a ser las despedidas de soltera, están todas cortadas del mismo palo: boy, postre erótico, pollas en la cabeza y mucho alcohol. 
Pero lo malo no es encontrarte con grupos de amigas medio borrachas portadoras de pequeñas pollitas de espuma adornando sus cabelleras, no. Algo mucho peor resulta ser cuando, sin saber muy bien por qué, te ves organizando -de lleno- una despedida de soltera para una buena amiga. Y que conste que esta historia es verídica.
Tú quieres hacer algo diferente, algo con clase, original... pero la homenajeada te sugiere primero, te pide después y te suplica finalmente que quiere un “boy”. Y claro, tienes que sucumbir porque lo pide ella. Y entonces es cuando te das cuenta de que tienes que poner de acuerdo a una media de entre 15 y 20 mujeres, cada una con sus sugerencias... Y ya sabéis todas como son las mujeres cuando “sugieren”. No diré más, que no quiero hacerme enemigas en este blog.
Total que ahí estás. Cenando con una diadema rosa que culmina en una bonita polla de plástico malo. Y además has tenido suerte y te ha tocado la que tiene una mancha blanca en lo más alto, por si no fuera suficiente. Y no falta ningún tópico: hay postre erótico en forma de pene gigante -negro-, un par de ligas rojas, el consabido picardías, juegos picantes para la noche de bodas... ¡Y EL BOY!
Y el boy señoras, NO es una buena idea. Nunca. ¿Por qué? Pues para empezar porque siempre tienen a bien acercarse a frotarse con la única amiga lesbiana de la novia. Tienen un ojo... Pero siguiendo con una de mis entradas... el principal problema es que el boy es como el porno: crea falsas expectativas de tamaño, consistencia y en cuanto a la rapidez y brío con los que el buen muchacho se quita la ropa. ¿Y todo esto para qué? Pues para que unos días/semanas más tarde, la pobre novia llegue a la realidad de la noche de bodas, en la que el novio está tan borracho que no sólo no consigue quitarse la ropa, sino que no es capaz de tener una erección en condiciones. Y al resto de asistentes a la despedida nos pasa lo mismo, aunque no sea la noche de nuestra boda...
Pues lo dicho, que yo digo NO a las pollas de plástico en la cabeza y digo NO a los boys (a no ser que el que haga el striptease sea el propio novio, que eso puede ser un puntazo). Hay que ser más originales, más dignos y menos predecibles. Dicho queda.
Siempre vuestro,

Barón Von Bruise

2 comentarios:

  1. como organizadora de una despedida cercana... puedo prometer y prometo:
    1. no habrá pollas de plástico en la cabeza
    2. no habrá boy aceitoso con pantalones con velcro lateral
    3. no habrá poste con forma fálica
    4. el glamour reinará sobre una despedida decente
    Arriba el mojito del despecho!!!!!!!!!!
    Haceros fans y seguidores!!!!!!
    Comentad

    Malignamente
    MP

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  2. Gracias MP,

    Me dejas mucho más tranquilo.

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