Y es que lo hemos hecho todos. Eso de autocompadecernos, inertes en el sofá de casa, mientras suena una y otra vez esa lista del iTunes que nos hemos animado a titular como “canciones para días de lluvia”. Porque a nosotros no nos gana nadie cuando nos da por recrearnos en el eufemismo.
Y tú sabes que sería mejor no estar escuchando esta canción. Sabes que sería mejor ser pragmático y olvidarle. Sabes que sería mejor estar acompañado de tus amig@s tomando mojitos del despecho, pero no te apetece. Y te recreas en tu pena. Y esa es una cosa muy mala, os lo digo yo.
¿Por qué? Pues muy sencillo. Porque cuando la autocompasión se disfraza de drama divertido y despecho desenfadado la cosa puede ser divertida. Pero la lista de canciones para días de lluvia hace que el regodeo en la pena se mantenga y nos impida mantener nuestra cabeza centrada. Total, que al final tanta melodía estúpida, tanto llorar por la marcha del ser querido y tanta lágrima, terminan por afectarnos más de lo necesario. Y si seguimos así terminamos por convertirnos en un autocompadecido y nosotros no queremos convertirnos en eso, porque por lo general, son muy pesados. No queremos ser el amigo que aprovecha cualquier ocasión para, con gran carga emocional, nombrarle:
-Alguien comenta que ayer vio a un amigo portugués y eso te hace recordar que Lisboa era un destino que teníais en mente para las vacaciones de algún año venidero.
-Otro alguien pide la cuenta al camarero y tu recuerdas cuántas veces “él” pidió la cuenta por ti.
Que sí, lo sé. Que después de una ruptura, un poco de Adele nos viene bien a todos. Pero, además de que no me creo que esta buena mujer haya vivido tanto -solo tiene 22 añitos- como para estar ya taaaan despechada, nosotros no tenemos ni su voz ni su cuerpo de negra embutida en piel de blanca. Así que como no vamos a ganar millones de euros autocompadeciéndonos, dejemos esta faceta para profesionales cómo ella.
Por mi parte, yo propongo ser un poco más agresivo en nuestras listas de iTunes para rupturas. Comencemos por llamarla Mojito del despecho, por poner un ejemplo. Dejemos de lado las canciones lentas, melódicas y melancólicas. Creemos listas llenas de canciones con ritmo, con agresividad... Más María Jimenez, más rata de dos patas y Alanis Morrisette y menos Adele y Jason Mraz. Dicho queda.
Siempre vuestro,
Barón Von Bruise
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