CUANTO DAÑO NOS HIZO... la supuesta indiferencia

Es cierto que todos decimos haber superado nuestras relaciones al cabo de un tiempo prudencial. No lo negaré, yo soy el primero en hacerlo.

Es cierto que todos afirmamos que nos da igual lo que hacen o dejan de hacer nuestros/as ex. También en esto yo soy el primero.

Pero miento. Todos mentimos.

Porque tenemos que reconocer, que a pesar de mantener una actitud de indiferencia, nuestras orejas se estiran para captar información, nuestros ojos se esfuerzan en leer entre líneas y nuestra boca sonríe malévolamente cuando descubrimos que a nuestros ex les va peor que a nosotros, que están más gordo, más calvos o han tenido un nuevo desengaño amoroso.

Esto es así, no nos engañemos. Es así pase el tiempo que pase; es inevitable y forma parte de nuestra conducta humana natural. Aceptémoslo y seremos más felices. Y lo que es mejor, disfrutaremos todavía más de esas pequeñas informaciones.

¿A qué viene esto? Pues es sencillo. Últimamente he tenido un par de experiencias que me han llevado a plantearme esta verdad. Sobre todo una:

Como bien sabéis, ultimamente me ha dado por ser un chico sano y salir a correr. Siendo que vivo más o menos céntrico las opciones desde mi casa son muchas y variadas. Hay miles de posibilidades en las cuatro direcciones, distintas rutas, varios parques... Incluso puedo coger el coche y acercarme al paseo marítimo o a la famosa carretera de las Aguas (que no la pruebo por miedo al cruissing). Entonces... ¿Por qué paso prácticamente a diario cerca de la casa de mi ex? 

La respuesta la sabéis tan bien cómo yo. Para encontrármelo. Para que vea lo en forma que estoy. Para que me vea sudoroso y yo le salude con la mano pero no me digne a pararme para hablar con él "por no perder el ritmo". Para que me mire el culo mientras voy perdiéndome en la lejanía y yo pueda pensar: "Que te den".

Disfrutemos de la no indiferencia. Porque nuestros actos nos delatan más de lo que queremos aceptar. Dejemos que nuestros impulsos nos guíen un poco, pero ojo... ¡sin pasarse!

Siempre vuestro,

Barón Von Bruise