miércoles, 4 de julio de 2012

Cuanto daño nos hicieron... los canallas


No quiero yo quitarle el puesto a nadie en esto de definir a los tipos de hombre... ¡Dios me libre! Pero es que cuando servidor conoce a uno del que todavía no hemos hablado, se muere de ganas de compartirlo con los demás. 
Y es que te lo ves venir. Es guapo y lo sabe, lleva unos trapillos que tiene para estar por casa, pero la camiseta le marca exactamente lo que más quiere resaltar y deja entrever una mata de vello perfectamente distribuido (para los que odiamos la depilación masculina). Su sonrisa levanta los ánimos a cualquiera y por si fuera poco tiene conversación y es culto. Pero no, sabes desde el primer momento que éste no es ningún niño bueno, no. Él es un canalla. Simpático y agradable... sí; pero un canalla. Uno de esos chicos que podrías tener perfectamente como amigo, pero que no sirve para novio. Yo creo que todos conocemos a más de uno.
Y te tomas un café y no puedes evitar derretirte con su sonrisa. “Sin querer” él derrama algo de líquido sobre tu pantalón y aprovecha para ponerte la mano encima como quien no quiere la cosa. Y vuelve a sonreír y a ti te sale esa risa tonta que odias. 
Hace el ademán de pagar, pero al final insistes para que te deje pagar a ti (pero mira que eres tonto del culo) y, como traca final, cuando vas a darle dos tímidos besos de despedida, él te sorprende con un abrazo gracias al que puedes comprobar que sus abdominales están firmes y en su sitio (movimiento premeditado, lo sabéis).
Por supuesto no pasa ni media hora antes de recibir un mensaje en el que te comenta que le ha encantado conocerte y que quiere volver a verte otro día. Tú te emocionas (un poco) pero ahora que no lo tienes delante, algo por dentro insiste en avisarte del peligro. Pero quieres pensar que no, que no es tan canalla... y te centras en recordar lo bonita que era su sonrisa y lo interesante de su conversación.
Pues bien. En menos de doce horas te pide abiertamente que vayas a su casa a echar un polvo. Vamos... un servicio a domicilio en toda regla. Luego ya si eso nos iremos conociendo más adelante.
Pues no querido, no. Hace tiempo que no hago esas cosas.

Siempre vuestro,
Barón Von Bruise

2 comentarios:

  1. Ains Barón, qué razón tiene usted, los canallas son un peligro público y lo peor es que lo saben! Que alguien los detenga!!!

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  2. Grandioso! Todos hemos caido en las redes de algún canalla...
    MP

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