“La realidad debería estar prohibida”
LA FLOR DE MI SECRETO
Qué razón tenía (Pedroooo) Almodóvar. Y
eso que yo cuento con un completo historial
de innumerables líos por abusar de la sinceridad. A base de tortazos,
queridos mojiteros, con el tiempo aprendes que abusar de la sinceridad no es práctico,
ni diplomático, ni resolutivo y eso es algo que una mujer de mundo no puede
permitirse de ninguna de las maneras si no quiere liarla pardísima. Eso no
quita con que veamos la paja en el ojo ajeno que a fin de cuentas de eso va
esta sección y que encontremos en el mercado especies que usan la sinceridad
hasta para ir al dentista. Madames et monsieurs, otro peligro público en el
mercado single contemporáneo….¡los sinceros!
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Honestidad brutal:
Ya os lo he avisado, ellos son sinceros forever
and ever. Esto abarca todos los ámbitos, que es mucho. Desde cómo te queda
la temporada primavera-verano de Zara hasta lo que opina de tus amigos y familiares
pasando por tu adicción a los Doritos Tex-Mex. Todo. Y eso, a veces es un tostón,
porque…¿qué necesidad hay de vivir en un permanente capítulo de “Ley y Orden”
cada vez que quieres comerte tú sola una bolsa king-size de Doritos?
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Ojos que no ven:
Para los sinceros el “…corazón que no
siente” está obsoleto porque en el fondo sienten que siendo francos están haciendo
un servicio social y hasta es posible que un día de estos Hacienda les desgrave.
Ellos son más del “… tortazo que te metes”
y ahí están en plan caballero de brillante armadura para no sólo decirte dónde
la cagas sino sentar cátedra sobre cómo solucionarlo. Lo mejor, es que además
esperarán que se lo agradezcas.
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Si no lo digo, reviento:
Yo siempre he sido partidaria de que hay información que no necesitas tener. ¿Era
necesario enseñar a todo el mundo el chándal olímpico? No, no lo era. A veces
se vive muy bien en la ignorancia. Pues el sincero está ahí con su labor social
dispuesto a desenmascarar todo cual Mercedes Milá en un “Diario de…”. Además es
que esta joyita tiene sus temas fetiche en los que pondrá especial énfasis. Investigadores
del Chuli-Pai-Cabra College of Kentucky han recopilado los greatest hits de los
sinceros para acudir al rescate:
o Índice de masa corporal:
“Raquel, estos vaqueros te quedan estrechos, ¿no crees que dos tallas más te
quedarían mejor?? Yo lo digo por ti” o “Raquel, si quieres saber mi opinión,
tras la dieta te has quedado sin culo…y sin tetas”.
o Estilismo y cuidado
personal: “Tienes una pelusita en el labio…ay no,
espera, creo que es el bigote, yo que tú me depilaría” o “Te vas a matar con esos
zapatos, de verdad no entiendo la manía de las tías de poneros tacones de aguja,
con lo bien que se va con bambas”.
o Amigos, familiares y
alrededores: “Tu tío Paco…¿no es un poco pesado?”
o “Tu amiga Mireia creo que se va a estampar otra vez con su nuevo rollo,
alguien debería decírselo, es más ayer se lo comenté, no sé por qué se ha mosqueado
conmigo, es más rarita”
o Aficiones:
“No sé por qué vas al gimnasio, total luego quedas para hacer unas tapas” o “Se
notan las clases de pintura, ya no confundo tus dibujos con los de mi
sobrino!!!”.
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Durmiendo con su enemigo:
Queridos mojiteros, salir con un sincero conlleva numerosos daños colaterales:
tu salud física y mental se resiente rebatiendo sus argumentos, tu autoestima
desciende varios puntos como si de un vulgar índice bursátil se tratase y tus
amigos y familiares oscilan entre el odio y el asco a tu novio, lo cual
conlleva a la larga que te condenen al aislamiento social y esto es algo que un
mojitero no puede permitirse porque los novios van y vienen y los amigos están
ahí. Avisados quedáis.
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Reciclaje sincero:
Como ya habéis deducido el sincero tiene unos usos muy concretos: prácticas
para estudiantes de Derecho, terapia de shock para mojiteros indecisos o con
problemas organizativos o futuros concursantes de “El juego de la verdad” o “Tú
sí que vales”. De cara a chorboagenda,
sólo si tenéis a mano el teléfono de teletaxi y nunca, nunca desayuno…criticará
vuestras crepes de Mercadona. De nada.
Tanto hablar de verdades y realidades me
ha trasladado a los ’90 cuando me encantaba la película “Reality Bites” (de la
época en la que Ethan Hawke nos parecía chulazo y todas queríamos ser Winona
Rider) y en especial esta gran canción….
Divinamente
sincera,
Miss
Souvenir