martes, 4 de diciembre de 2012

Mojiteros viajeros: Los Ángeles 2







 

-          Tras un ajetreado día como modelos y abrumados ante el descubrimiento de que el Kodak Theater de los Oscar (ahora Dolby) es un centro comercial cuando no está de gala, vamos al anochecer a ver el observatorio donde no sólo se puede ver un busto de James Dean (aquí se rodaron escenas de Rebelde sin causa) sino todas las luces de la ciudad desde lo alto. Sólo una pega: el cartel de Hollywood no está iluminado. Desde aquí imploro que el homólogo californiano de Iberdrola haga algo al respecto.

 

-          Hay algo que no he dicho previamente y es que nuestro criterio de selección del hotel de LA fue parking, wifi y proximidad al restaurante de Eva Longoria: Beso. Pese a que tiene un exterior algo inquietante, posee un interior con una decoración exquisita, camareros chulazos y buena comida. Como curiosidad, destacar la presencia de cerveza Alhambra y churros en la carta de postre.

 

-          Hemos intentado extorsionar a nuestro camarero tirando de drama, diciendo que nos avisara si acudían celebrities y que por favor, si venía Eva que nos viniese a saludar como megafans que somos de Mujeres Desesperadas. También le dijimos que queríamos felicitar a Eva por el rico salmón, el buenísimo cheesecake (el mejor con diferencia que he probado y no es broma, desde aquí aprovecho para lanzarle una proposición de matrimonio al chef) y el chulazo que nos había atendido en recepción. Evidentemente, se meaba con nosotros.

 

-          Siguiendo nuestra fe ciega en la Loly nos decidimos a tomar la última copa al Skybar, cuyo principal atractivo es textualmente “camareros igualitos a modelos de Armani y buenos cócteles”. Nosotros, que somos de naturaleza facilona, no necesitamos más argumentos. Nada más bajar del taxi, el encargado del parking nos chiva que hay fiesta privada y que lo suyo es decir que somos huéspedes del hotel. La bondad de los desconocidos, queridos mojiteros. Posterior sucesión de acontecimientos…

 

o   Primer asalto. Tiramos de pestaña: Insuficiente debido a los clones de Claudia Schiffer que pueblan estos lares…

 

o   Segundo asalto. Nos alojamos en el hotel: Versión fina del usted-no-sabe-quién-soy-yo. Dado que no estamos “on the list”, fallido.

 

o   Tercer asalto. Primera oferta: Nos insinúa que por ser nosotros nos deja entrar por 400$. Sin copas incluidas. ¿Mandeeeeee??? Ha llegado el momento de sacar la mirada asesina.

 

o   Cuarto asalto. Proposición indecente: Tras la violencia ocular, el portero nos ofrece entrada bajo cuerda por 40$ y no se hable más. Estimados mojiteros, una mujer de mundo siempre debe reservar una mirada asesina con ración extra de mala leche para cuando se siente estafada y quiere que se note y éste era uno de esos momentos. Y cuando procedes del país de Pachá, Amnesia y la discoteca de Olivia Valère hay que justificar muy mucho semejante atraco a mano armada para entrar en un antro, así que muy dignos, sacamos la mirada asesina extralarge y justo cuando hacíamos un Raphael para largarnos y dejarles con viento fresco, el portero nos suplica que entremos. Y free. O sea, de balde, vamos, que gratis.

 

o   Victoria por K.O y moraleja: En LA, para cualquier gestión, debes hacer ver que pasas y te da igual porque tú eres vipísimo. Como muestres el más mínimo interés, cagada. De nada.

 

-          Comprobamos en el interior que sí, los camareros muy Armani, que la fiesta muy postureo, de estas en las que la gente no baila, sólo pasea para dejarse ver e intercambiar tarjetas y que debe ser muy cansado estar divino todo el rato. Aún con el subidón del momento “en-tu-fiesta-me-colé” volvimos a nuestros aposentos a dormir en la ciudad de la fábrica de sueños……



 
TO BE CONTINUED....
 
Divinamente californiana,
 
Miss Souvenir
 
 
 
 
 
BSO Mojiteros viajeros California - Madonna Hollywood


 

 

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