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Tras mi bagel de arándanos con queso del desayuno me dirijo a buscar una preciosa
escalera mosaico situada en Moraga St. Dado que me adentro en un barrio clónico
a Wisteria Lane dudo en si me he equivocado de localización aunque mi búsqueda
queda recompensada al localizarla gracias al grupito de japoneses que encuentro
fotografiándola. No soy la única freakie que la ha buscado, al otro lado del
mundo, alguien comparte mi personal ruta de SF.
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Vivo en directo las famosas niebla y cuestas de SF. Tengo la certeza de que
saldré de este viaje con culazo y piernacas gracias a las cuestas y escaleras
que estoy caminando.
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Llego hasta Golden Gate Park para buscar el Japanese Tea Garden. Como aquí
todo es king-size y está mal señalizado, me he perdido en la Strawberry Island.
Cuando he logrado salir, una amable señora y su chihuahua me rescatan y me
llevan hasta la puerta del jardín. La bondad de los desconocidos.
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En el más que recomendable jardín me encuentro constantemente a un monje
budista que no para de saludarme a mí sola pese a que esto está lleno de
turistas. No he querido confesarle que los mojiteros estamos muy lejos de la
beatitud por si se había hecho la ilusión de que era la reencarnación de algún
lama. Pobrecico mío.
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Tras abandonar el parque sin lamentar daños personales, he ido hacia la
Haigh St, cuna del hippismo, verano del amor, flower-power y demás cosas zen
que me encantaría aplicar en mi día a día pero que tanto me cuestan porque a mí
me va más el “si no lo digo, reviento”que me sale como más espontáneo. Me ha
recordado a Camden Town en Londres y eso para mí es positivo porque Londres
siempre es una buena idea. Hay tanto overdose de tatuadores que por un momento
te planteas ponerte un “Amor de madre” de la misma saturación.
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Posteriormente y tras volver a hacer glúteos en las cuestas franciscanas, he
llegado a las Painted Ladies, más conocidas por ser las casas de colores de
“Padres forzosos” de cuando las Olsen eran bebés al estilo de Maggie Simpson.
Por Dior, qué mayor soy ya!!!!
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Nuevo intento frustrado de conseguir mesa en la cena debido a la discriminación
single de los States. He visto que la silla candidata a posicionarme estaba al
lado de un niño que no paraba de darle patadas y su pasota padre. Me he visto
obligada a sacar mi mejor mirada asesina al camarero para decirle que “If it’s
not posible a table unless no children”. Funciona y disfruto de mi cheeseburger
al otro lado de la barra aunque tranquila.
BSO Mojiteros viajeros California
The sound of San Francisco – United Deejays
Divinamente californiana,
Miss Souvenir
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