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Primera mañana en SF.
Como he tenido que buscar a última hora el hotel, para no dejarme un riñón en
la habitación he priorizado localización y estrellas a desayuno y ahora debo
buscarme la vida. Cuando pasas los 30 te das cuenta de que tu cuerpo te pide
hombres felices y hoteles de 3 estrellas en adelante, los tíos atormentados y
los albergues mochileros definitivamente son para los veinteañeros, pienso
mientras me dirijo a Market Street. Gracias a Dior (y tito Lagerfeld), en pleno
delirio yonki hipoglucémico encuentro un maravilloso sitio de bagels y
capuccinos.
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Compruebo que mi
inglés es mejor de lo que creía. Esto confirma que el curso intensivo (y caro) que
hice hace años fue una gran inversión. Minipunto para mi autoestima. Por si
fuese un subidón pasajero, decido mantener el minidiccionario en el bolso.
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Me dirijo a coger un bus que me lleve al Golden Gate Bridge y sigo viendo
más californianos chulazos. Como ciudadana que paga sus impuestos, creo que ha
llegado el momento de pedir un programa de importación de oriundos de San
Francisco para disfrute mojitero. Ahí lo dejo.
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Pese a que el sistema de autobuses funciona genial, tengo diversos momentos
rubios ya que las paradas no se señalizan siempre, lo que provoca diversas
cagadas a la hora de hacer bien las conexiones…
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Hace un día estupendo por lo que decido patearme enterito ida y vuelta el
Golden Gate Bridge y disfrutar de las vistas de la bahía. Yo soy así de
excesiva.
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Cuando vas solo, la gente te habla más. Es así. Cuando me preguntan de
dónde vengo y digo Spain todo el mundo pone la misma cara que si respondiera
Chiquitistán. Cuando les añado la coletilla “like Penélope Cruz” les cambia la
cara y se ofrecen a ayudarme y me recomiendan cosas, así que yo, superfan de Pe
ya que fomenta el altruismo hacia sus paisanos.
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Sigo por el Fishermans Wharf, el Pier 39 y la bahía. Voy al centro de
Bellas Artes, estilo grecorromano y veo por todas partes novias vestidas de
lila nazareno haciéndose fotos….¿será el lila el nuevo blanco?
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A la hora de la cena, opto por seguir con el american style y entro en un
local que podría ser un decorado de Grease. Cuando intento ir a uno de los
maravillosos sofás de charol rojo, sufro discriminación single ya que en
general, si vas sola, te destierran en la barra y no te dan mesa.
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Pese a ello, veo que mi inglés conserva su dignidad ya que los camareros
mexicanos no me cambian al español en ningún momento. A saber de dónde creerán
que soy…
Divinamente californiana,
Miss Souvenir
Si a la importación!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMP
A favor de los hoteles con algo de categoría!!! Hombre yaaaaa!!!
ResponderEliminarMochila no es mojito..