martes, 19 de marzo de 2013

Cuanto daño nos hizo... el tabaco

Queridos mojiter@s,

Es por todos bien sabido, que el tabaco afecta seriamente la salud, de eso ya no nos cabe ninguna duda. Nos lo anuncian en la tele, lo dicen en los libros e incluso en las cajetillas del propio producto nos avisan de los peligros y los efectos nocivos de tan singular hierba.

Pero no quiero yo hablar aquí de esto, no señor. A mí me preocupan más, pero mucho más, los efectos perjudiciales que el tabaco tienen en nuestras relaciones. A saber:

Besar a un fumador es besar a un cenicero. Esto es un hecho real y certero, y quien diga lo contrario... ¡miente vilmente! Es asqueroso y punto. Pero bueno, como un buen mojitero tiene soluciones para todo, uno se aplica aquello de "sin smint no hay beso" y santas pascuas.

De todos modos, tampoco preocupa tanto tener por pareja a un fumador/a. Seguro que en un futuro curso para mojiteros aprendemos a utilizar nuestras armas de seducción para invitar a nuestras parejas a abandonar un hábito tan poco saludable: un "dentro de la casa no se fuma" mientras diluvia en el exterior, y un "si hoy no fumas cumplo tu fantasía sexual menos perversa", pueden ser más que suficientes.

El gran problema del tabaco, sin embargo, no es ninguno de los anteriores, no señor. La gran cruz es haber perdido una pareja tras escuchar lo siguiente: (redobles de tambor): Me voy a comprar tabaco. Ahora vuelvo, cariño. 

Y esto es muy duro, señores. Muy duro (y lo dice alguien que ha tenido que escuchar esto y vivir para contarlo). Porque claro, tú sigues tu vida con esta terrible carga a tus espaldas.... Es decir, con la de esperar a que el susodicho se digne a aparecer un día con la cajetilla de marca China (porque debe de ser allí dónde se ha ido a buscarla el muy cabrón).
Que parece sencillo, pero seguir adelante no es tan sencillo. Porque lo primero es aceptar que se ha ido y que la cena que tú te has quedado preparando ya no se la va a comer nadie.; porque a partir de entonces odias los estancos, los anuncios de tabaco y los vendedores de mecheros del metro; y porque a partir de ese momento, descartas la opción de que tu pareja sea fumadora de entrada. Y eso señores, es descartar mucha gente de golpe.  Que no sé que pensaréis vosotr@s, pero digo yo que tal como está el mercado, tampoco está la cosa como para ir apartando posibles por una nimiedad como esta.

Supongo que la solución está en hacer firmar bajo notario que, de dejarnos, se inventarán una excusa más creíble. Un no eres tú, soy yo, será más que suficiente. Gracias.



Siempre vuestro,

El Barón Von Bruise

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