“Pensé
que la única manera de liberarme era pasar
de una adicción a otra mayor... zapatos”
Carrie Bradshaw SEXO EN NY
El que esté libre de adicciones, que
tire la primera piedra. El chocolate, los realities, las aplicaciones para
iPhone, los mojitos, Telecinco, el tabaco,… todos estamos enganchados a algo en
mayor o menor medida y es mejor escoger un vicio antes de que éste te escoja a
ti, es supervivencia pura. Pero...¿qué sucede cuando un mojitero, con adicción
confesa a ¿Quién quiere casarse con mi hijo? y el iPod, se encuentra con un
adicto….a su ex??? Así son las cosas y así se las contamos….
1.
Inicialmente es un
gentleman: Atractivo, va al gimnasio a diario
(de verdad, no sólo matrícula), simpático, amigo de sus amigos (cómo odio esa
frase),….es tan encantador que roza lo odioso. Tras insistir en que quedéis
para cenar (en lugar del aséptico café en sitio neutral que tenías previsto)
hará que tengas la mejor primera cita de la historia y ya desde los entrantes,
te va a dejar caer que él busca “algo más”.
2.
Sigue un patrón:
El exadicto es un animal de costumbres y tiene un patrón de mujer (con el que
coinciden todas sus ex), por tanto sólo atacará si tienes una semejanza con el
mismo superior al 90%. Es decir que si su ex tenía mechas rubias, era fan de
Álex Ubago y tenía una colección de rebequitas beige, tu melena oscura y tu
camiseta de los Ramones te van a restar de entrada 8 puntos.
3.
Proporciona efecto Prozac:
A estas alturas, cuando una lleva ya muchos años en el mercado asume que todo especimen
es un Peterpan fóbico al compromiso hasta que se demuestre lo contrario. Aquí
ni presunción de inocencia ni puñetas, si luego resultar no serlo, pues mejor.
Sin embargo como ya describieron en 2003 en un ensayo publicado por el MIT
(Marbella Institute of Technology) hay algunas especies como el exadicto que
proporcionan a los mojiteros un efecto Prozac, es decir como ven que el sujeto
en cuestión tiene un largo historial de relaciones monógamas y duraderas se
relajan pensando que por una vez no han topado con un Peterpan…..Meeeeeccccc (léase
como un timbrazo del Un, Dos, Tres)… error,
amigos, error…el exadicto es más complejo que un Peterpan…
4.
La confianza, da asco:
Tras esa primera fase de conocimiento mutuo en el que el exadicto se presenta
como futuro candidato a segundo titular de tu hipoteca, con la intimidad,
llegan las confesiones, y es que resulta que el exadicto te confiesa sus miedos
(quelle horreur!) como si fueses
discípula de Freud. Os será de utilidad conocer la clasificación que elaboraron
los sociólogos del Chuli-Pai-Cabra College of Kentucky de los diferentes
traumas por los que ha pasado nuestro sufrido exadicto:
-
Receptor de cuernos: Patricia y yo
estábamos taaan bien…y de repente me dijo que yo me merecía a alguien mejor al
igual que ella había encontrado a otro….siempre se ha preocupado mucho por mí
¿sabes?
-
Emisor de cuernos: Necesito que mi
pareja sea comprensiva, de hecho Patricia, mi ex, era amiga íntima de Celia,
con quien me lié en verano,…¡incluso fueron juntas a comprar mi regalo de
Navidad!
-
Comportamientos no
ejemplares:
No soportaba más a la histérica de su amiga María, no paraba de decirle a
Patricia que era un capullo sólo porque me fui a Ibiza cuando estuvo con
gastroenteritis. A mi, no me gusta criticar, pero creo que lo que le pasa a
María es que siempre ha estado colgadita por mi…
-
Raphaelista: Creo que algún día se
arrepentirá de haberme dejado. Como yo he amado a Patricia, nadie la amará,
nadie, porque yo, la amo con la fuerza de los mares y el ímpetu del viento, de
una forma sobrehumana, yooooooo….
5.
Soldados, miles de años
nos contemplan: En plan napoleónico, querid@
mojiter@ has llegado a la casa del exadicto y descubres con horror que no sólo
no para de hablarte de su ex, sino que quedan restos de los miles de años que
ha durado la relación por toooooda su casa: fotografías, vestidos en el armario,
souvenirs del verano que pasaron en Torrevieja, una botella de Moët que le
regaló ella y que no piensa abrir para beberse contigo, vamos, todo un mausoleo
dedicado a su difunta relación. ¿Tétrico? No, lo siguiente.
6.
A veces una retirada a
tiempo es una victoria: Pues sí, mojiteros,
cuando el exadicto os regala Eau de Rochas (perfume de su ex) y os insinúa que
le gustan las mujeres con mechas (para que te hagas unas a imagen y semejanza
de Patricia) ha llegado el momento de tomar una decisión. ¿Rubio dorado o rubio
ceniza? No, no es una cuestión capilar, es una cuestión de decidir si
finiquitas ya la relación o esperas a que te diga que aún piensa en ella versus
que han hablado y van a volver. Y tú, querid@ mojiter@, no eres un tentempié
mientras espera que su ex vuelva con él, así que como dice La Cabra Mecánica “No me dejes por medio tus cosas, puerta, y
mucha mierda”.
7.
El exadicto no es
reciclable: Otro espécimen no biodegradable en
amigo ni chorboagenda y es que él en realidad lo que quiere es a alguien a
quien contarle que sigue enganchado a su ex. El que quiera un psicólogo que se
lo pague. Hombre ya.
Como hemos dicho al principio, todos
tenemos adicciones y no necesariamente todas son malas. De hecho os voy a dejar
con el hombre que más años lleva conmigo, riéndome las gracias y aguantándome
las penas. Mojiteros y mojiteras…con ustedes: ¡Enrique Bunbury!
Divinamente adictiva,
Miss Souvenir
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